Con esta expresión se define una forma de hacer chocolate a pequeña escala. El término nació en Estados Unidos y rápidamente se extiende hasta llegar a ser muy popular entre los consumidores de nivel adquisitivo alto.
El movimiento llega primero a Europa y poco después a Latinoamérica y Asia. A la misma velocidad se replantean las bases del «bean to bar» que podrían resumirse en:
Respecto a la materia prima
- Selección del cacao en origen de variedades «fino de aroma», criollos o trinitarios mayoritariamente, con especial interés por los procesos de cosecha y post cosecha.
- Cultivo respetuoso con el medio ambiente y con las personas que lo proucen.
Respecto al trabajo en el obrador
- Procesado en pequeños lotes
- Control de todos los procesos hasta el moldeado
Esta corriente de trabajo está aumentando de forma muy importante en todo el mundo aunque no supone aún ni el 10% del total del chocolate producido.
Desde el 2007 han aparecido unas 150 fábricas aproximadamente y a esta tendencias de hacer chocolate desde el haba a la tableta se han sumado productores de todo el mundo. Todas estas empresas afirman hacer chocolates, especialmente tabletas, desde el haba o la semilla de cacao seca y su transformación implica al menos varios procesos como la selección con la que se elimina la basura y las semillas defectuosas, tostado, descascarillado que consiste en separar la semilla de la cascarilla, la premolienda, refinación o reducción de su tamaño, conchado, temperado, moldeado, etc.
En definitiva, este movimiento es la concepción de un trato generoso al cacao, que se proyecta además en otras áreas, contribuyendo económicamente al sector productor de cacao, generando la satisfacción de poder elaborar un chocolate propio, reinventando sus potencialidades y dando a conocer al consumidor una nueva forma de consumirlo.
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