Estamos llegando a la época de la torrija. Durante la Semana Santa, las vemos en pastelerías, en las cartas de los restaurantes y nos las prepara la abuela en casa. Pero; ¿sabemos la historia de este dulce tan típico de estas fechas?
Ya en época romana, sobre el siglo V, entre las recetas de Apicio, se menciona un dulce similar. El recetario menciona que la rebanada de pan debe sumergirse en leche, pero no indica nada del huevo, y tampoco le pone un nombre concreto. No es hasta el siglo XV cuando aparece la torrija propiamente dicha documentada por Juan de la Encina. Por aquel entonces no tenía nada que ver con un dulce de Cuaresma y Semana Santa. Esos dulces, preparados con pan duro, huevos, azúcar, leche o vino, se utilizaban para aliviar a las parturientas cuando iban a dar a luz y para favorecer a su recuperación
No se sabe cómo ha llegado a instaurarse como el dulce típico de Cuaresma, pero pareceque, al ser un alimento saciante y calórico, ayudaba a compensar los periodos de sacrificio y abstinencia de determinados alimentos que tenían lugar en esa época. Las torrijas se asocian a épocas de escasez, y estrechez económica, cuando es complicado conseguir dulces de otro tipo. Con un elemento barato (restos de pan), se puede hacer un dulce muy rico. Aunque algunas veces se elaboraba con leche, la tradición popular también nos indica que se preparaban con vino, representando el cuerpo y la sangre de Cristo.
A comienzos del siglo XX, las torrijas dejan de tener esa vinculación religiosa, y se hacen habituales en las cartas de las tabernas madrileñas, acompañadas de unos chatos.
Pero no pensemos que la torrija es un dulce único en España, otros países tienen su propia versión. El painperdu, francés, el poorknight inglés, el Arme Ritter alemán o las Rabanadas portuguesas, son algunos de los ejemplos del viejo continente. En América, encontramos Tostada Francesa de Chile, Colombia o Ecuador, La Torreja en El Salvador y Guatemala o Los Tacones de Venezuela.
Tenemos muchísimas recetas dónde elegir, podemos cambiar algunos ingredientes, seguir las modas del momento, o la tradición más clásica, pero es casi seguro que no llegaremos al lunes de Pascua sin haber probado alguna de las variedades que nos ofrece nuestra rica gastronomía. Disfrutemos, entonces, de esta delicia para el paladar.