Desde el punto de vista nutricional, el pan posee:
Proteína vegetal: entre 10-15% , con un reconocido papel protector en la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes, cáncer, obesidad, enfermedad cardiovascular o neurodegenerativas.
Fibra: entre 10% y 20% de fibra, especialmente si es integral, nutriente importante para la salud digestiva, enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2, y con un papel relevante en el mantenimiento del peso por su efecto saciante. Los cereales integrales son la principal fuente de fibra en la alimentación de la mayoría de las poblaciones. Hay que tener en cuenta que el consumo medio de fibra diaria en España es de 15 a 20 gramos cuando se recomienda un consumo de 25 a 30 gramos.
Hidratos de carbono complejos: entre un 50%-60% de hidratos de carbono complejos que contribuyen a mejorar el perfil calórico de la dieta (se recomienda que entre un tercio y la mitad de la dieta deben ser carbohidratos complejos, aportando el 45-60% de las calorías totales).
Muy poca grasa y sin colesterol: como media, 100 gramos tienen menos de 2%-4% de grasa natural del grano de trigo. Por ello, una ración de pan, de 40 a 60 gramos, sólo aporta 80-110 kilocalorías, menos de un 5% de las 2.300 que como media tiene que consumir un adulto que tenga una actividad física moderada.
Minerales y vitaminas: calcio, hierro, cinc, magnesio, potasio, fósforo, vitaminas B1, B6, niacina…
Componentes bioactivos y antioxidantes: con papel protector en las enfermedades crónicas.
Fuente: Ine.es